• La pasada semana tuve la ocasión de explicar a varios eurodiputados el caso Menéame y nuestra posición respecto al canon
  • Existe predisposición por parte de eurodiputados (políticos) y Comisión Europea (funcionarios) a escuchar y entender casos como el nuestro
  • El poder del lobby de medios alemanes es muy fuerte en la Comisión Europea
  • Hay cierto consenso en pensar que los agregadores obtienen lucro de contenidos de terceros. Aunque esto puede tener una base que en teoría es cierta, explicamos por qué el caso Menéame y muchos otros no son así, y la diferencia entre una agregador y una red social
  • Aunque no afectase a Menéame, la tasa para agregadores tendría un efecto negativo en los medios de comunicación, a excepción de los muy grandes
  • El enlace como tal no será objeto de regulación. La discusión está en los “fragmentos no significativos”, un concepto demasiado ambiguo como para no generar inseguridad en muchos proyectos

“Que quede totalmente claro, el enlace va a seguir como un derecho fundamental en internet”. Es la tajante respuesta que obtuve al preguntarle a Andrus Ansip, vicepresidente de la Comisión Europea y Comisario europeo de Mercado Único Digital. Ahora bien, ¿qué ocurre con los agregadores y cómo se define un agregador? La respuesta a esa pregunta fue más política, es decir, sin respuesta.

Estos días tuve la oportunidad de reunirme en Bruselas con varios eurodiputados y algunas personas de la Comisión Europea. Fui invitado por Tech UK a través de la Asociación Española de Startups, a los que debo agradecer la oportunidad. Hasta la semana pasada no veía con buenos ojos el modelo de «lobby», pero después de algunos argumentos y mi propia experiencia he cambiado por completo la percepción.

Conclusiones tras las reuniones

El principal punto positivo a destacar es que todas las personas con las que me reuní estaban dispuestas a escuchar y a aprender sobre economía digital. Lo negativo, que su conocimiento intuitivo y superficial, a pesar de tener buenas intenciones, choca bastante con la realidad de la red.

Varias personas me reforzaban la idea de que es la Comisión Europea y no el Parlamento Europeo el que está impulsando esta ley, debido a la capacidad de presión de los medios europeos, en especial los alemanes.

«El parlamento está con vosotros, pero el lobby de medios alemanes tiene mucho peso en la comisión»

No obstante todos insisten en que debemos presentar una propuesta concreta para evitar casos que consideremos injustos, como podría ser el nuestro. En concreto:

  • Diferenciar un agregador de noticias que hace una selección como puede ser Google News de una red social donde son los usuarios los que suben noticias (Menéame, Facebook, Twitter).
  • Identificar ámbitos de exclusión y de uso: cuántos de los enlaces son a noticias y cuántos a otro tipo de contenido, y de los enlaces que son a noticias cuántos son a los que reciben la compensación y cuántos a otros.
  • Encontrar un mecanismo por el que se diferencie el uso perjudicial para el medio con el uso beneficioso para el medio, y el ánimo de lucro, ya que tener publicidad en una página no implica necesariamente ánimo de lucro
  • Dejar la libertad entre ambas partes para pactar la compensación. Establecer un mecanismo de opt-out para aquellos medios que no quieran estar en un agregador, de una forma similar a la que cualquier web puede solicitar no estar en un buscador mediante una solución técnica sencilla (robots.txt), y viceversa, que un agregador se pueda desvincular sin mostrar fragmentos de aquellos portales “tasables”

Nuestros argumentos

Me habían pedido que contase el caso Menéame, una red social que genera millones de visitas a medios y que el año pasado sólo facturó 100.000€. Es un ejemplo de cómo una ley diseñada pensando en Google puede acabar con una empresa pequeña, destruyendo valor y sin que eso sirva para cumplir el objetivo de dicha ley. Aunque Menéame pagase el 100% de sus ingresos no iba a arreglar ninguno de los problemas de los editores europeos.

Tuve la ocasión de explicarles que Menéame envía cientos de millones de clicks a medios de comunicación, y dichos medios generan negocio con ese tráfico. Ricardo Galli explica en este artículo de hace dos años algunas de las cifras concretas de una relación de simbiosis, no de canibalización.

Les puse el ejemplo de Diariomotor, empresa de la que soy fundador y de la que vivo, como medio online que recibe tráfico de Menéame y de otras fuentes, y que prefiere dicho tráfico a cualquier tipo de compensación. Desde el punto de vista de un medio digital nativo parece inconcebible poner una tasa a algo que otro hace por ti y te beneficia.

Ahora bien, supongamos que a pesar de todo esto se aprueba dicha ley. Eso lleva al segundo problema: su implementación. ¿Qué es un medio online? ¿Quién tiene derecho a compensación y quién no? ¿Este blog tiene derecho a compensación? ¿Y mi twitter? ¿Y un youtuber? ¿Y un medio nativo digital? Quizás por desconocimiento piensan en medios online como las empresas de siempre, pero la realidad es que representan sólo un pequeño fragmento del periodismo actual.

Lo que nos lleva al siguiente problema: bajo mi punto de vista la aplicación de dicho canon, además de injusta, tendría unos efectos todavía más negativos:

  1. Afectaría negativamente a la economía digital. Tres ejemplos: el primero y más directo, Menéame podría cerrar. El segundo, una startup que conocí relacionada con agregación de contenidos. Buscaba financiación, pero le cerraban las puertas por inseguridad jurídica. El tercero, una persona que me escribió para ver si podía enlazar mis noticias. Le dije que por supuesto que sí, pero si él pregunta, ¿cuántos dejarán de enlazar por miedo? ¿Cómo afecta eso a la economía digital?
  2. Afectaría negativamente a los propios medios de comunicación. Los grandes se verían beneficiados, pero es de esperar que un blog o medio pequeño no accediese a dicha compensación, bien por no ser elegible o bien porque no le compensase para lo poco que ingresaría. Eso provocaría una concentración en los medios.
  3. La falta de competencia en medios provoca una peor democracia. Y ese es mi argumento final, tratan de hacer versión digital de la excepción cultural pero el efecto que van a conseguir es justo el contrario.

Argumentos a favor del canon

Creo que en cualquier discusión es importante entender qué piensa la otra parte. Los parlamentarios europeos, al menos con los que me reuní, son personas interesadas en conocer la realidad y hacer leyes que ayuden a la economía y a las personas, o al menos esa es su intención.

Una idea que casi todos compartían, incluso los que están en contra de dicho canon, es que existe un salto de valor, es decir, que efectivamente los agregadores podrían quedarse parte de los ingresos con el valor que generan los medios. Eso haría que no se incentive el periodismo y el trabajo, sino que se «piratee» su contenido.

Bajo el plano teórico esto podría ser así: si yo creo un portal con todas las noticias de un medio digital, sin incitar el click al medio, una mejor experiencia de usuario y vendiendo publicidad más cara, podría darse el caso.

La realidad es que, al menos en todos los casos que conozco, esto no es así y la relación es de simbiosis. Si finalmente se aprueba una ley para regular ese caso, que posiblemente no existe, debería definir de forma muy concreta cuándo se produce, y sobre todo el criterio para diferenciar un agregador de noticias y una red social en la que los usuarios cuelgan enlaces.

Breve contexto: La reforma del copyright y la llamada «google tax»

En Europa se está debatiendo actualmente la reforma del copyright, en la que se incluye el derecho de compensación por utilizar fragmentos no significativos de contenido (enlace junto un pequeño párrafo, o el propio snippet).

La idea es que Google News o servicios similares paguen a los medios digitales para compensarles los supuestos ingresos que pierden por usuarios que leen sólo la entradilla la y no van a la noticia.

En Alemania se aprobó una ley en esta línea, cuya operativa fue un fracaso. Google News, para evitar pagar, eliminó los resultados de los medios que pedían dicha compensación. Al cabo de unos meses esos medios pidieron volver a ser indexados, ya que les interesaba tener el tráfico que estaban perdiendo.

En España hay una ley aprobada en la misma línea, pendiente del reglamento que la desarrolle. Para evitar la negociación con Google News, la ley española habla del «derecho irrenunciable a la compensación», eliminando la posibilidad de que Google se escape de pagar (o de que Menéame llegue a un acuerdo individual con los medios que quieran ser enlazados). Ante esta situación Google News cerró en España, pero la ley deja en peligro la actividad de Menéame.

¿A qué problemas se enfrenta un medio en 2016? Pista: su problema no es Menéame ni Google News, sino Facebook Instant Articles y compañía

Los medios de comunicación están empezando a experimentar su tercera crisis en este siglo. La primera fue la irrupción de internet como canal que ha sustituido a otros canales tradicionales, algo que la mayoría no supieron ver a tiempo, aunque ahora han recuperado parte del tiempo perdido. La segunda fue la crisis económica, un factor externo. Y ahora se enfrentan a una tercera que quizás todavía no han entendido en su complejidad: el llamado value gap, o pérdida de valor entre el potencial teórico de sus contenidos y los ingresos reales.

Ante ese problema una de las reacciones es tratar de legislar para obtener rentas de aquellos que sí están obteniendo resultados, como Google.

La tendencia natural de entrar a leer un medio en su portada está cambiando, algo que los usuarios de Menéame conocen desde hace diez años, pero que Facebook y Twitter han popularizado. Esto supone, sobre todo, una pérdida de valor de marca y fidelidad, ya que otros medios compiten en igualdad de condiciones por sus contenidos, no por sus marcas.

A la vez que algunos medios hacen esta presión legislativa se han enrolado en formatos como Google AMP (en el que además han participado en su desarrollo), Facebook Instant Articles, Apple News o Snapchat Discover, por nombrar los más conocidos. Son soluciones que ofrecen una tecnología y experiencia de usuario (diseño, velocidad de carga, etc) excelentes, pero que dan todavía más poder a las plataformas que tienen ahora el control del usuario.

Quedarse fuera de estas tecnologías supondría renunciar a competir por la audiencia, un error que no se pueden permitir. Pero estar en ella propicia un modelo en el que tengan menos poder (pierden los medios, por ejemplo, cuando Facebook sólo muestra noticias con el formato Instant Articles) y haya menos competencia en un modelo similar al de la televisión (pierden los usuarios, cuando en canales como Apple News sólo aparezcan los medios que tienen acuerdo con Apple).

Es decir, el problema no es que se acceda a los medios a través de agregadores o redes sociales, sino que esas plataformas decidan bajo sus propios intereses a quienes promocionan y a quienes no. Por resumirlo en una frase: la crisis de los medios vendrá cuando dejen de recibir tráfico de las plataformas, justo lo contrario de lo que parecen estar exigiendo ahora.

Está por ver cuáles son las consecuencias de esta tendencia, pero es una de las apuestas de Meneáme para los próximos años: ofrecer una alternativa más abierta para medios y usuarios, y con unas reglas de juego transparentes.

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En Menéame: Posicionamiento de Menéame sobre la “tasa a agregadores” de la nueva Ley de Propiedad Intelectual