El Gobierno de España está interesado en el algoritmo que calcula el karma de los usuarios de menéame «para trazar los fundamentos de una nueva Democracia 2.0» que «debería ser una actualización necesaria y un ejemplo global para todas las democracias modernas», declaró un técnico del Gobierno interesado en nuestro código. «El voto de las personas que trabajan en favor de nuestra sociedad debe tener más valor que el de los ciudadanos pasivos que sólo van a votar cada cuatro años», nos explicó el representante de la nueva Comisión Democracia 2.0.
Los sistemas informáticos gubernamentales contienen mucha información sobre nuestros hábitos a la hora de usar los servicios públicos: «tener demasiadas multas de tráfico o usar injustificadamente los servicios de urgencias la Seguridad Social» harán bajar el karma. Cuando llegue el momento de las elecciones, el voto de estos ciudadanos valdrá menos. «No podemos tocar el principio que una persona es un voto y que todos deben tener voz, pero es evidente no pesa lo mismo la voz y el voto de un ciudadano ejemplar que el de otro que va contra las normas cívicas. El algoritmo del karma en menéame es un campo de pruebas, exitoso, para plasmar esa realidad» declararon desde la Comisión encargada de estudiar esta nueva forma de democracia «más adaptada a los nuevos tiempos», en los que la Red nos enseña cómo las personas muestren, día a día, su nivel de compromiso de colaboración con los demás. «Somos orgánicos y no podemos obviar lo que nos enseña Internet», declararon.
En menéame hemos podido experimentar con los problemas que supone el cálculo del karma, unos detalles que nos han servido para aportar nuestra visión crítica del método. Al exponer algunos problemas, como el karmawhore y las mafias, hemos podido constatar hasta que punto estaban previstas en la adaptación del algoritmo prevista por el Gobierno. «Eso a lo que llamáis karmawhore no es tan terrible. Si alguien consigue un gran peso para sus votos mediante aportaciones útiles para el resto, eso es bueno porque queremos ciudadanos implicados, participativos, y que sus votos tengan más valor». Lo que es más, «deseamos que en nuestra sociedad haya muchas personas así», añadieron. En cuanto a las mafias, alegaron que «todos tienen las mismas oportunidades para hacer valer sus ideales», y que «ir contra las mal llamadas ‘mafias’ sería tan grave como prohibir los partidos políticos. Si una idea tiene apoyo suficiente, es totalmente lícito que se organicen para llevarla a cabo. Es la esencia de la libertad democrática». Además, hicieron la reflexión que «las mafias son núcleos cerrados donde nadie, excepto los elegidos, pueden entrar. Pero no es el caso y en menéame lo sabéis». En efecto, siempre hemos explicado que cualquiera tiene la posibilidad de conseguir más influencia si sus ideas gustan «y exactamente eso es lo que queremos para la sociedad Española. Sólo los solitarios anti sistema y los interesados en poca cosa más que su ombligo pueden alegar un problema de mafias», apuntaron.
De hecho, no es una novedad: «el municipio de Jun, en Granada, es un caso de éxito desde el momento que el consistorio decidió usar Internet para hacer posible una democracia digital» mediante la colaboración de los ciudadanos «como nadie más ha hecho hasta ahora», enfatizaron desde la Comisión Democracia 2.0. Los habitantes de Jun pueden hacer sus aportaciones todos los días del año, a cualquier hora, para conseguir un municipio mejor para todas y todos cada día, una participación que va mucho más allá de la jornada electroral «y debería contar». Desde la Comisión hicieron énfasis en su preocupación para que «la experiencia vaya más allá, y nos los que dieron mejores ideas puedan conseguir un voto más influyente cuando lleguen las elecciones».
No sólo Jun es un campo de pruebas para el nuevo proyecto. En menéame hemos podido saber que el Congreso de los Diputados también servirá para experimentar con la nueva Democracia 2.0. Los representantes elegidos verán como sus votos ganan o pierden valor según su nivel de colaboración. La mecánica del karma en el Congreso servirá de ejemplo para toda la sociedad. Está previsto que tenga menos valor el voto de los diputados no tan activos con las iniciativas de sus grupos. Los que no estén presentes ni participen en las sesiones de debate serán penalizados. «Cambiaremos el sistema de votos en el Congreso, y las leyes no se aprobarán o rechazarán según el número de votos, sino de acuerdo con el resultado de la suma del karma de los representantes que votaron. En el panel luminoso ya no aparecerán el número de votos, sino el karma conseguido». Si el sistema funciona, «lo trasladaremos a todos los ciudadanos las próximas Elecciones Generales».
Sin duda, será un cambio importante en una cuestión fundamental para nuestra sociedad. Para menéame esa iniciativa es un motivo de orgullo y profunda satisfacción.